domingo, 24 de junio de 2012

SONIDO DE CORNETA

Lo peor de flotar es que a veces me pongo cabeza abajo. Muevo los brazos como he visto que hacen los cigoñinos y lo más que consigo es dar vueltas en espiral. Mi mujer, entonces, me ata a una silla. Mi mujer me dice, tirando de la cuerda para que le preste atención:
-eso te pasa por comer chicles de menta mientras bebes cerveza.
Desde que ayer el médico me hizo una exploración abdominal completa y me pinchó con una aguja a la altura del ombligo, ahora los gases no los expulso por el ano o eructando.
Cuando mi mujer me dice que baje a cenar, levanto un poco el parche que me pusieron en donde me pinchó el médico, me inclino unos cuarenta grados y me salen los gases chorreando con gran alivio y sonido de corneta.

Autor:  Guillermo Jiménez ©
País: España

3 comentarios:

MA dijo...

¡Que divertido!

Yashira dijo...

Jajaja, Guillermo perdona que me ría, pero es que lo imagino y...no puedo evitarlo.

Genial,

Guillermo dijo...

Gracias. Si el microrrelato quedó un tanto deslavazado es porque tuve que reducirlo a 150 palabras para que cupiera en el "vendaval". Gracias por haber captado el toque de humor un tanto escatológico...