domingo, 24 de junio de 2012

MUSAS O MUSOS

En el reparto me tocó un varón, jamás hubiera imaginado que existieran
musas masculinas. El mío tenía el aspecto de robusto angelote con cara
de bebé y un hermoso bigote, iba vestido con una especie de pañal pero
era insuficiente para contener su inmensa barriga.  Sus alas eran tan
diminutas que a duras penas conseguían mantenerlo en el aire. La
mayoría de los días se desplazaba hasta apoyarse en mi hombro derecho
desde donde convenientemente sentado me susurraba las palabras que
debía escribir.
La verdad  es que no nos iba nada mal, excepto por mi dolor de
espalda. Apenas medía veinticinco centímetros pero parecía pesar
ciento veinte kilos. Le recomendé que adelgazara, no le gustó, me miró
muy severamente, frunció los labios bajo su espeso mostacho y
desapareció.
Desde entonces he sido incapaz de escribir, solo vegeto frente al
ordenador mirando durante horas la pantalla en blanco.


Elysa©

País: España

http://elystone.blogspot.com.es/

15 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Ay, el muso, qué sensible nos ha salido!
Me ha gustado mucho la imagen.
Abrazos

Sara Lew dijo...

Yo debo de tener uno de esos pesados, porque mi hombro derecho acusa de dolor, a veces. Ahora justamente no me duele; será que mi muso está ausente.

Ángeles Sánchez dijo...

Los musos son así, desaparecen y aparecen, y claro, tienen su corazoncito.

Me ha gustado mucho el tema.

Besos

Javier Ximens dijo...

Qué bueno, mira que eres mentirosa, ese muso te ha inspirado este simpatico relato. Besos

Rosa dijo...

Jajjajajaja qué insensible eres, pobre muso. Gracias por las risas Ely.

Besos desde el aire

Humberto Dib dijo...

Muy bueno, Elysa, me ha divertido, felicidades.
HD

ESPERANZA dijo...

Siempre te queda la opción de decirle que te encanta su barriguita para que vuelva.

Un abrazo,

Petra Acero dijo...

Yo creía que los musos con mostacho no eran tan presumidos... No te puedes fíar de las apariencias.

Un besooo, Ely

Unknown dijo...

Excelente descripción, Ely. El muso resultó una mezcla de ángel de la guarda, cupido y un zancudo hartado de sangre.

Mar Horno dijo...

Qué divertido Elysa, me ha encantado, siempre pensé porque tenían que ser las musas, musas. Este muso es extrañable. Un beso.

Cabopá dijo...

Si el muso no te sirve, escribe en papel, los ordenadoras ahuyentan a los musos....je,je,es muy bueno.

Besicos Ely

Yashira dijo...

Uy Elysa eriste su sensibilidad, pobre muso llamarlo gordo, jajaja, si los angelotes siempre los pintan rechonchitosss, claro que igual los musos no han de ser así, voy a tener que buscar el mío o mía, a ver si los dolores de espalda que tengo vengan de ahí...

Besitos, muy lindo soplo el tuyo.

MA dijo...

Eso va a ser, me duele la espalda por culpa de algún muso obeso.
Que bonita historia.

Sandra Montelpare dijo...

No hay que espantar ni a las musas ni a los musos. Son extremadamente sensibles y las consecuencias pueden ser fatales. Mejor consigamos un buen reflexólogo para el hombro. Saludos van, Ely!

Luisa Hurtado González dijo...

Esto es raro. Todo todo me parece creíble, pero el mostacho me descoloca. ¿Será sólo cosa mía? Seguro.
Parecía muy simpático, tu muso.