domingo, 24 de junio de 2012

LUZ



En la Mesopotamia, contra el fondo de las tierras rojas, parece forjada con diamantes en ebullición. En la ribera del Nilo —entre el limo negro de Egipto— es de lava al rojo vivo, y al rojo blanco en Arcadia, donde limnátides y dríadas —por lagos y bosques— persiguen la mancha del que una vez fue el fulgor de la corte celestial. A su paso, el Mundo guarda silencio y los mares contienen la respiración y las estrellas se apagan de vergüenza cuando sale de noche. Ni siquiera los ángeles consiguen sustraerse a su encanto —Dios mismo le tiene tirria. Es la sombra de Satanás.

Rubén Pesquera Roa ©

México

5 comentarios:

Yashira dijo...

Uy Rubén, la sombra de Satanás, tan brillante y hermosa es?. Bueno de todos modos espero no cruzármela.

Un saludo,

josé manuel ortiz soto dijo...

Rubén, un gusto verte por aquí.
Todo esperaba, menos ese final. Como siempre, buena historia.

Un abrazo.

Rubén Pesquera Roa dijo...

Gracias, Yashira, Gracias, José Manuel... Y me voy a leer.

Salomé Chulvi dijo...

Gran acierto el título. Luego me sugirió la ambientación de una novela. Un saludo

El moli dijo...

Muy bueno Ruben, sobre todo eso de que Dios le tiene "tirria"