domingo, 24 de junio de 2012
EL TIEMPO ES UN JODIDO FLUIDO CIRCULAR
Puedo notar cómo el miedo desfila, incisivo, por cada fibra del cuerpo de mi padre. Lo percibo por dentro: oscuro, viscoso, frío. Y lo percibo por fuera: en la perplejidad abierta de sus pupilas. Y es curioso, porque esta es una historia de mi padre y de mi infancia: él conduciendo un día de lluvia, enfrentado, de súbito, a un torrente de agua y a una disyuntiva: pasar o no pasar. Otra sensación nítida: mi padre piensa en mi madre y en mí, y le duele como si tuviera una piedra entre el esternón y el estómago. Algo, sin embargo, no me encaja: un fluir violento de agua en los tobillos. Si él nunca cruzó. Si acabó retrocediendo. Por fin abro los ojos. Y veo dos lenguas gigantescas de agua que rompen contra el coche. De pronto recuerdo que hace un instante yo sí he decidido cruzar el torrente.
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4 comentarios:
Un texto preñado y bien preñado, como suele ser en ti.
Ivan, texto que te clava esa piedra entre el estómago y el esternón todo el tiempo.
Bueno, perdí mi comentario que decía más o menos. Joder Iván, hay algo de este relato que se te mete y te empapa.
abrazos
Es tan tuyo que da miedo. De los que te acongoja y te impacta. Un abrazo.
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